D. FÉLIX DE AZARA: Nació en Barbuñales, pueblo cercano a Barbastro, el día 19 de mayo de 1742. Sus hermanos fueron el diplomático D. José Nicolás de Azara, y D. Eustaquio de Azara, obispo que fue de Ibiza y de Barcelona.
Realizó sus estudios superiores en la Universidad de Huesca, alojándose en casa de su tío D. Mamés, sacerdote de gran cultura, que se dedicó a educar a su sobrino D. Félix, como lo había hecho antes con su hermano D. Nicolás.
Entró al servicio del rey como cadete en el Regimiento de Infantería de Galicia, el 1º de setiembre de 1764. Al año de servicio se trasladó a Barcelona a fin de aprender a fondo matemáticas, materia que llegó a dominar ampliamente. Tras concluir el tercer año, fue ascendido a subteniente de Infantería e Ingeniero de los Ejércitos Nacionales, cuyo nombramiento obtuvo en noviembre de 1767.
En marzo de 1768, se le nombra para dirigir los trabajos de la fortaleza de la ciudad de Figueras. Un año después, interviene en las obras para canalizar y desaguar los ríos Jarama y Henares, así como en la restauración de la fortaleza de Mallorca. Declarada la guerra a Argel en 1775, fue enrolado en esta expedición siendo herido en combate. Tras ello, fue ascendido a teniente de ingenieros en cuyo empleo sólo sirvió dos meses, por ascender a capitán de infantería y con el título de ingeniero militar. En septiembre de 1780, hallándose de guarnición en San Sebastián fue ascendido al grado de teniente coronel de infantería.
En esas fechas, se llegó a un acuerdo entre España y Portugal para establecer los límites en las posesiones de ambas naciones en América meridional, para cuya labor se le nombró Comisario Principal. Partió para Lisboa para llegar a un acuerdo sobre la misión con el gobierno portugués, y proveerse de algunos instrumentos científicos, y embarcó para el Brasil. Desde allí se trasladó con sus subalternos al Paraguay, país en donde debía desempeñar principalmente su comisión. En diciembre de 1781 fue nombrado Capitán de Fragata de la Real Armada. En enero de 1789 fue ascendido a Capitán de Navío por su brillante hoja de servicio.
Aficionado también al estudio de las ciencias naturales, en particular a la ornitología y a la zoología, en los veinte años que dedicó a fijar los límites de las tierras pertenecientes a España y a Portugal para lo que tuvo que cruzar muchas veces el país en todas direcciones, llegó a conocer la la fauna y la flora del Paraguay y del río de la Plata como ningún otro naturalista hasta ese momento. Envió al gabinete de historia natural de España, entre seiscientos o setecientos especímenes de aves y mamíferos.
Al desarrollar Azara las demarcaciones del territorio, trazó un plan exactísimo de él y del río de la Plata marcando el curso y afluencias de los ríos principales: Paraguay, Paraná y otros nueve más.
Por orden del virrey viajó a Buenos Aires, donde puso en orden sus apuntes sobre cuadrúpedos y aves del Paraguay y río de la Plata. La aparición de esta obra en Francia, valió al autor el elogio de todos los naturalistas.
El nombre de D. Félix se reconoció como uno de los sabios que habían engrandecido el conocimiento de las ciencias naturales. Los periódicos más importantes de la época, elogiaron la obra del sabio marino español.
En Buenos Aires adonde fue Azara desde el Paraguay por orden del virrey, fue donde escribió, o por mejor decir puso en orden sus apuntes sobre la fauna y flora estudiada y clasificada por él, del Paraguay y río de la Plata. La aparición de esta obra en Francia, valió al autor el elogio de todos los naturalistas que se apresuraron a estudiarla: el Instituto nacional ocupó en su examen algunas de sus científicas sesiones, y el nombre de D. Félix se preconizó como uno de los sabios que habían engrandecido el conocimiento de las ciencias naturales. Los periódicos de la época elogiaron la obra del marino español. Terminada la demarcación de límites, y demás comisiones que le detenían en América, se embarcó Azara en Montevideo de vuelta para España. Desembarcó en Málaga en 1801, tras veinte años de fecundo trabajo geográfico y de naturalista.
Deseoso D. Félix de que sus estudios y observaciones sobre los objetos naturales de América fuesen de utilidad a los naturalistas y al público, a fin de que se conociesen mejor la fauna y flora americana que enviados por él podían verse en el gabinete de Historia Natural en Madrid, hizo imprimir en 1802 sus dos famosas obras que tituló: “Apuntes para la historia natural de los cuadrúpedos y pájaros del Paraguay y río de la Plata”. Hacia 1806 escribe la “Memoria rural del río de la Plata”, y “Memoria sobre los límites del Paraguay”.
Una vez en España, desempeñó diversos cargos, siempre relacionados con sus conocimientos y larga experiencia en sus trabajos en América, hasta febrero de 1808, en que se retiró para siempre a Barbuñales.
Reseñar como anécdota final, que a pesar de la gran amistad personal que tuvo su hermano con Napoleón, ante la invasión de sus ejércitos, a pesar de su avanzada edad y de estar convaleciente de una grave enfermedad, escribió al jefe local de las tropas españolas, para que le señalase el puesto de combate que fuese más de su agrado. Oferta que al parecer fue amablemente desatendida.
Relación sucinta de sus obras principales publicadas:
Historia Natural de los Cuadrúpedos; tuvo su primera edición en francés, en 1801. Al año siguiente se publicó la edición española y finalmente en inglés.
Geografía Física y Esférica. Terminada de escribir en la Asunción en 1790. Contiene las referencias de los viajes realizados; sus itinerarios y descripción de los pueblos visitados, incluidos noticias históricas, posición astronómica, composición social, referencias etnográficas, y referencias a los aspectos naturales: clima, hidrografía, flora y fauna, etc.
Historia Natural de los Pájaros. El primer tomo fue publicado en Madrid, 1802, y sucesivamente otros tomos
Viajes por la América Meridional, publicada por primera vez en francés; París, 1809; con su mapa. Se hicieron de esta obra, ediciones en alemán, italiano, sueco y varias en español.
Descripción e Historia del Paraguay y el Río de la Plata, publicada en 1847. Tuvo varias ediciones en español, una de ellas la edición paraguaya, en 1896.
Memorias sobre temas Rioplatenses, y otros trabajos, inéditos.
Un autor contemporáneo, J.N. González emite el juicio siguiente:
«Azara, como sociólogo y naturalista raya a gran altura: estudia la fauna y la flora, lo mismo que la sociedad humana, ahondando el análisis con el escalpelo del naturalista. Somete al leopardo a un examen tan riguroso, como lo hizo con el jaguar y con las aves; estudia al animal humano con la misma fría pasión de saber con qué describió a las fieras de la selva. Severo en sus juicios; tenaz y realista en sus investigaciones; va a sus conclusiones como quien desenvuelve un problema de álgebra».
Otro autor nos dice: “En el desempeño de sus trabajos encontró gran oposición de las autoridades españolas, quienes celosas de su prestigio hicieron todo lo posible para impedir el envío de sus materiales y su regreso a Europa”
Un gran hombre español, poco conocido por sus compatriotas. Es el sino de muchos de nuestros grandes hombres a lo largo de la historia…